Etnias de la Sierra Nevada
Los indígenas de Sierra Nevada
La Sierra Nevada de Santa Marta es una montaña única con
forma de pirámide que se encuentra en el extremo norte de los Andes, en el
norte de Colombia. En sus laderas viven cuatro pueblos indígenas diferentes,
pero emparentados entre sí: los arhuacos (o ikas), los wiwas, los kogis y los
kankuamos. Juntos, suman más de 30.000 personas. Los indígenas de Sierra Nevada
son cuatro tribus únicas, emparentadas entre sí, que viven en las laderas de la
Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia.
La cima de la montaña se encuentra a unos 5.000 metros de altitud. En su base, a las orillas del Caribe, una densa selva tropical reviste las bajas llanuras. A medida que la montaña va tomando altura, la selva se va transformando en un paisaje abierto y en bosques nubosos.
Para los indígenas, la Sierra Nevada es el corazón del mundo. Está rodeada por una “línea negra” invisible que abarca los lugares sagrados de sus ancestros que demarcan su territorio.
Los hermanos mayores
Los indígenas de la Sierra se autodenominan los “hermanos mayores” y creen poseer una sabiduría y un entendimiento místicos que superan los de los demás. Se refieren a otros pueblos como los “hermanos menores”.
Los hermanos mayores creen que es su responsabilidad mantener el equilibrio del universo. Cuando hay huracanes, sequías o hambrunas alrededor del mundo, se dice que son la causa de un fallo humano a la hora de mantener la armonía del planeta. El equilibrio se consigue realizando ofrendas a los lugares sagrados para devolver a la tierra lo que se ha obtenido de ella.
Que es el poporo
Cada hombre lleva consigo una bolsa con hojas de coca, que mastican para conseguir un efecto ligeramente estimulante. Cuando dos hombres se encuentran, se intercambian un puñado de hojas como señal de respeto mutuo.
Una calabaza ahuecada a la que llaman poporo contiene conchas machacadas. Con un palo transfieren el polvillo de las conchas trituradas a las hojas de coca que tienen en la boca: la alta alcalinidad de las conchas reacciona al entrar en contacto con la coca y estimula así los principios activos. El polvo sobrante se coloca en el cuello del poporo, y con el tiempo se acaba convirtiendo en un grueso collar, el polvo de conchas sobrante acaba formando al cabo del tiempo un fino aro alrededor del poporo, el uso de la coca desempeña un papel central en la vida cotidiana, y se utiliza en ofrendas y ceremonias. El poporo es un símbolo de madurez y marca de civilización entre los indígenas.
Los indígenas frente al conflicto armado
La producción de coca también la cultivan los colonos, no indígenas como materia prima de la cocaína. Colombia es desde hace tiempo la capital mundial de esta droga, y su producción ha tenido consecuencias devastadoras para la población indígena.
Las bajas laderas de la Sierra han sido ocupadas por colonos que cultivan coca para el tráfico de drogas, con el que se financia en gran parte el conflicto armado entre los grupos de guerrilla y los paramilitares, en la larga guerra civil que azota al país.
A pesar de la naturaleza pacífica de los indígenas, a menudo se ven atrapados en el fuego cruzado entre el ejército y los grupos armados ilegales. Muchos han muerto asesinados como consecuencia, y otros se han visto forzados a huir por esta especie de guerra civil que azota a sus tierras. Para los nativos, el robo de tumbas es igual que atacar a una madre y sacarle las tripas, arrancarle los dientes y reemplazárselos por una dentadura postiza, sacarle un ojo y reemplazarlo por cristal.
Los indígenas de la Sierra son descendientes de los Tayrona, una gran civilización cuyo magistral trabajo con el oro y su arquitectura atraen a la región a turistas y ladrones de tumbas por igual.
Migración por invasión de sus territorios
Cada pueblo indígena se ha adaptado a la invasión de sus tierras a su modo: los kogui rechazaron la invasión exterior huyendo a zonas más altas de la Sierra. Se han mantenido especialmente hostiles a las visitas de turistas con cámara en mano.
Los arhuacos, a cuyos varones se distingue por sus sombreros con forma cónica, han organizado un fuerte movimiento político para defender sus derechos, mientras que los kankuamos viven al pie de las montañas, en su mayoría integrados por completo en la sociedad mayoritaria.
Proyectos hidroeléctricos en la zona
El agua es enormemente reverenciada por los indígenas, y existe una enorme oposición a los proyectos hidroeléctricos en la región, tanto los ya existentes como los que están en fase de planificación. Las presas interfieren en el ciclo natural del agua de la Sierra y amenazan los cultivos y el ganado de los indígenas.
La propiedad privada de la tierra y los proyectos de “desarrollo” hacen cada vez más difícil para los indígenas moverse por su territorio ancestral y realizar ofrendas para mantener el equilibrio del planeta.
Como se identifican las etnias entre ellos
Aunque para muchos no hay diferencias entre los indígenas de las etnias que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, hay detalles como la vestimenta, la lengua y las costumbres, que los caracterizan.
Durante siglos, las cuatro etnias indígenas han habitado la Sierra Nevada de Santa Marta, el macizo montañoso que se encuentra en el extremo norte de Colombia. Manteniendo distintas formas de convivir con su entorno, los Arhuaco, Wiwa, Kogui y Kankuamo, se encuentran ubicados en sitios considerados estratégicos, según las necesidades de cada uno. Estas etnias forman parte del gran tronco lingüístico Chibcha, con la particularidad de que entre sí no se entienden, lo que quiere decir que tienen lenguajes parecidos, pero no iguales.
Tribus Kogui
Es una comunidad indígena que se encuentra en la vertiente norte, en los valles de los ríos Ranchería, Tapias, Ancho, Jerez, Palomino, San Miguel, Garavito, Don Diego y Buritaca. Este es el pueblo que mejor ha mantenido sus tradiciones, conservando sus rasgos y atuendos, usualmente caminan a pie descalzo debido a una creencia que afirma que así generan mayor contacto y relación con la tierra, esta costumbre ha sido mantenida por hombres y mujeres de distintas generaciones de esta tribu durante años.
Las mujeres llevan atuendos como falda, la cual va enrollada al cuerpo, cubriendo la parte superior de su torso con un pedazo de tela sobre un hombro dejando el otro descubierto. También llevan sobre su cuello collares, elaborados con piedras que son combinadas con “chakiras”, estos también son utilizados por las niñas como adorno.
Las mujeres tejen las mochilas con fique y en algodón, este último también es utilizado por los hombres para tejer los trajes de sus familias. Los hombres suelen ser de estatura baja, 1 metro con 50 centímetros aproximadamente, torso ancho y cabellera larga, que para ellos representa jerarquía. El telar es de uso exclusivo de los hombres.
Los hombres Kogui visten con un pantalón ancho que termina a unos 20 centímetros debajo de las rodillas, una camisa larga de mangas anchas y llevan siempre dos o más mochilas colgadas sobre el torso.
Usualmente caminan a pie descalzo debido a una creencia que afirma que, si van andando descalzos generan mayor contacto y relación con la tierra.
Tribus Wiwa
La comunidad Wiwa, se encuentran ubicados en la parte baja de la Sierra Nevada, hacia el sur de la Guajira y algunas cuencas del Cesar. Estos tienen una vestimenta similar a la de los Kogui, la diferencia se encuentra en que los Wiwa utilizan el pantalón más largo, sobrepasando las rodillas como comúnmente es usado por los Kogui y llevan consigo un sombrero de alas fabricado en “cañalata”. En la mitología Wiwa, se dice que este nombre es asociado al calor, su lengua nativa es el Damana.
Los Wiwa tejen sus mochilas en materiales como lana y fique, las mujeres utilizan la mochila de fique y llevan consigo un trapo rojo, siendo un símbolo asociado al gallinazo Cathartes aura, animal que representa un pensamiento muy especial para las mujeres.
El pueblo Wiwa atraviesa por un conflicto territorial, lo que ha afectado el desarrollo de las labores que tradicionalmente hacía en sus aldeas. Las mujeres Wiwa son hoy en día empleadas domésticas, los hombres son jornaleros y los niños asisten a escuelas improvisadas.
Su nombre significa “cálido”, lo cual se debe probablemente a que ocupan la zona baja de la Sierra. También significa “dar origen”, “propiciar” o “engendrar”. Otra manera de llamarlos es Sanjá, que significa nativo, indígena. Ocupan la zona de la Sierra que está en el departamento del Cesar, muy próximo a la frontera con el departamento de La Guajira.
Tribus Arhuaco
El pueblo Arhuaco se encuentra a mayor altura, ubicado en lo que se considera la capital del resguardo indígena Nabusimake (vertiente nororiental). Desde aquí suelen tener comunicación y compartir con los demás pueblos, ya sea para intercambio de alimentos o de cualquier otro material. También son los Arhuacos los que han estado en mayor contacto con el mundo occidental.
Su orden jerárquico se encuentra organizados por oficios, es decir, tienen una organización política conformada por un sakuko, cabildos mayores y menores, por último, el sabedor denominado Mamo. También son conocidos como el pueblo Ijka o Iku, nombre prehispánico antes del cruce o encuentro con la modernidad.
En cuanto a sus atuendos, las mujeres Arhuacas, en relación con los pueblos Wiwa y Kogui, utilizan un traje elaborado con un material que se llama cotón, este lo llevan cruzado de un hombro a otro.
Los Arhuacos nunca suelen salir sin su mochila, además de ello, van siempre con un elemento muy representativo del grupo indígena, el poporo, este es elaborado con un material fabricado a base de un árbol endémico o nativo, llamado calabazo. Los Arhuacos suelen mantener el cabello largo y llevan un sombrero en forma de cono llamado toczuma.
También se conocen como ika o ijka y viven en los valles altos de los ríos Piedras, San Sebastián, Chichicua, Ariguaní y Guatapurí, al sur de la Sierra Nevada de Santa Marta. Su capital se llama Nabusimake y queda en la zona central. La lengua que hablan es de la familia chibcha.
Tribu Kankuamo
Los Kankuamos comparten la cultura y la tradición con los demás pueblos que cohabitan en la parte alta de la Sierra Nevada. Según su cosmogonía, cada uno de los pueblos representa “una pata de la mesa”, conformada por la Sierra, y ellos son los guardianes del equilibrio del mundo.
La mayoría de ellos se concentra en el departamento del Cesar, en donde habita 96 por ciento de la población. Le sigue La Guajira y Bogotá con el 0,8. Estos dos departamentos y la capital del país concentran el 98,46 por ciento poblacional de este pueblo.
Los Kankuamos representan el 0,91 por ciento de la población indígena de Colombia. La población Kankuama que habita en zonas urbanas corresponde al 19,87 por ciento (2.526 personas), cifra ligeramente inferior al promedio nacional de población indígena urbana que es del 21,43% (298.499 personas).
Los Kankuamos perdieron su lengua y vestido tradicional, estos están muy mestizados, pero aún son considerados indígenas de la Sierra Nevada. Esta tribu, pese a los embates a través de la historia, han hecho un ejercicio colectivo de memoria y han logrado revitalizar prácticas culturales determinantes de su identidad.
Que son los Mamos
Los manos son líderes espirituales que tienen la responsabilidad de mantener el orden natural del mundo por medio de canciones, meditación y ofrendas rituales y otros, para la preparación de un mamo comienza cuando es pequeño y dura unos dieciocho años. Llevan al joven a lo alto de las montañas y allí le enseñan a meditar sobre el mundo natural y espiritual. En la cultura occidental, el mamo sería una especie de cura, profesor y doctor, todo en uno.
Escogencia de los Mamos
La escogencia y preparación de un indígena para convertirse en un Mamo, es un proceso de muchos años, el cual comienza con la escogencia desde niño, que determinan que tiene ciertas condiciones para que la madre lo entregue y el líder con toda autoridad lo cría. Cuando tienen cierta edad, los niños comienzan a vivir en los templos y no pueden ver el sol durante 18 años, ni tener contacto con nadie más.
Además, el pequeño es educado con bondad y nobleza durante todo ese tiempo, por lo que no sabrá lo que es el odio ni la maldad.
También escogen a mujeres, igual como lo hacen con los niños, porque se convertirán en las esposas del Mamo, ya que un hombre con ese nivel intelectual no se puede casar con cualquiera, tiene que ser con una persona preparada como él, ya que esa será su compañera durante todo el resto de su vida.
La Ciudad Perdida
En medio de la densa flora de la Sierra Nevada de Santa Marta y de su Parque Natural, se encuentra la Ciudad Perdida o Parque Arqueológico Teyuna, cuna de los Tayronas, cultura indígena prehispánica más avanzada. Su hallazgo tuvo lugar en 1976 por un grupo de investigadores, aunque ya un año antes un guaquero la había descubierto. Tiene alrededor de 13 hectáreas de área.
Lo sorprendente de la Ciudad Perdida es la complejidad de su arquitectura, que contempló un sistema de canales para transportar el agua lluvia por la población y las terrazas para conservar la fertilidad del suelo. También hay pinturas rupestres y petroglifos (dibujos grabados en piedra), entre los cuales la Piedra de Donama se destaca por las múltiples interpretaciones de sus tallas.
Sus productos
La riqueza de la tierra de la Sierra Nevada les proporciona a los indígenas y artesanos de la zona, hacer y crear materiales, objetos de gran belleza, entre estos se destacan los tutu o mochilas Tayrona, tejidas por mujeres indígenas con lana, fique y algodón. Las mochilas simbolizan la creación de la vida.
También materiales como el nácar, el coco, las semillas, las cortezas, la tagua, el hueso y el caracol entre otros materiales se emplean en la fabricación de collares, aretes, anillos, relojes y pulseras.
Otras artesanías que se pueden conseguir son sombreros vueltiaos (típicos de la zona Caribe colombiana), sandalias, llaveros, correas, etc.
Además, con piedra jabón tallada, totumo (fruto cuya cáscara se endurece al secarse) y barro se hacen elementos para decoración como cerámicas, vasijas, cucharas, etc.
Conocer las culturas Tayrona
Conocer o convivir con comunidades indígenas, es una tendencia que ha ganado visibilidad últimamente, y es que se trata de conectar con la cultura, costumbre y raíces de etnias indígenas que tienen un conocimiento ancestral. Este tipo de turismo es ideal para aquellas personas que quieren desconectarse radicalmente del ajetreo del siglo en el que vivimos y conectar con la cara más profunda del país, además de conocer una cultura y visión del mundo totalmente opuesta a la que estamos acostumbrados.
Saber de las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta es una opción alternativa, que además es turismo responsable, para quienes quieren develar los secretos que se encuentran en la montaña a la orilla del mar más grande del mundo, pero sobre todo está es una muy buena opción para aquellos viajeros que buscan nuevas experiencias y que enriquezcan la vida.
Mulkuankungui
La etnia Mulkuankungui, es una familia anfitriona de los Kogui, comunidad en la Sierra Nevada de Santa Marta descendientes de la cultura Tayrona y quienes están dispuestos a compartir todo su saber y costumbres con todos los visitantes que quieran compartir con ellos. Al momento del arribo te recibirá una familia anfitriona que será tu guía durante todo el tour a Mulkuankungui. Ellos te ensañarán sobre sus ritos, costumbres, comidas típicas, te llevarán a sembrar un árbol como ofrenda y representación simbólica de la conciencia ambiental que profesan. También tendrás la oportunidad de aprender cómo hacer sus características mochilas y otras de sus artesanías representativas.
Katanzama
El resguardo arhuaco, Katanzama, es otra de las comunidades indígenas ubicadas entre el río Don Diego y Palomino, será el centro de intercambio de saberes y de culturas de los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, con la cual podrás convivir. En este tour a Katanzama de un día, serás recibido por el jefe espiritual de la comunidad, quien además será tu guía hacia el lugar y la cultura de los indígenas Arhuacos. Además de eso, harás un trekking hacia Taironaka, un centro arqueológico impresionante en donde vas a conocer más del modo de vida y costumbres de esta comunidad y por último, te llevarán por un sendero donde la naturaleza se combina para crear hermosos paisajes, y terminar en la famosa Poza Sagrada, sitio sagrado para la comunidad donde hacen sus rituales y pagamentos, en la que podrás darte un chapuzón en sus aguas cristalinas y sentir como la energía de este lugar renueva todo tu ser.
Seydukwa
Conocer a la comunidad Seydukwa es en el cual no solo va a tener la posibilidad de convivir con comunidades indígenas, sino que conocerás y serás testigo del lugar más sagrado de la Sierra Nevada de Santa Marta para todas las demás etnias y comunidades indígenas que habitan y protegen está mítica montaña. Solo para empezar, debes saber que a este lugar no se le permite la entrada a cualquier persona, solo a aquellos que tienen conciencia ambiental, razón por la cual es muy protegido por los Mamos y jefes de los indígenas. El trayecto, así como la estancia en Seydukwa, son simplemente espectacular; es un lugar escondido en la inmensidad de la Sierra donde podrás ver paisajes inigualables donde la naturaleza cobra una fuerza impresionante y desde donde se respira el aire más puro y el agua es más cristalina.
Una experiencia inolvidable
Seguramente, convivir y visitar algunas de las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta es una experiencia que no olvidarás nunca y que al volver de la montaña verás cómo tu vida ha quedado marcada y por consiguiente no la verás ni asumirás del mismo modo. Solo recuerda que está travesía se hace siempre con respeto y la mente abierta.
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